Un día, la vida me golpeó tan fuerte que me enseñó a resistir. Un día, me mintieron de tal forma que me dolió y entonces aprendí a ir siempre de frente con la verdad. Un día, me falló quien menos imaginaba y entendí que las palabras hay que cumplirlas y de los actos, hacerse cargo. Además, un día lastimé a alguien y fue ahí cuando aprendí a pedir perdón. Un día lo viví triste y cuando llegó la noche me di cuenta que es mucho más lindo sonreír que llorar. Otro día, perdí mi tiempo con cosas que no valían la pena y noté que la vida pasa demasiado rápido para perdérsela esperando algo que nunca va a pasar. Un día, descubrí que tiene sentido enamorarse y pelear por lo que uno siente. Después de muchos días entendí, que en la vida todos te van a lastimar, pero tienes que encontrar a las personas por las que vale la pena sufrir. Tienes que sonreír. Tienes que saber amar. Tienes que tener la grandeza para aceptar tus errores y la valentía para pedir perdón. Tienes que compartir. Tienes que cumplir. Tienes que olvidarte de los que te critican y unirte a los que te quieren y por sobre todo tienes que vivir cada momento como si fuera el último.

sábado, 20 de abril de 2013

Escribir te da la posibilidad de soñar nuevos mundos, otras realidades. El escritor trata de imitar la vida, pero la vida es el mejor de todos los escritores. La vida va tramando las historias como quien hace una trenza cocida. La vida es un cuento que se escribe minuto a minuto, segundo a segundo. Buena escritora la vida, siembra historias que después cosechará, nada es azaroso. Destinos cruzados, finales abiertos, todo está en la escritura, y está todo desde el principio. Pero escribir, además de contar, es soñar con algo diferente, es imaginar un mundo nuevo y tener fe en que será posible. En la escritura no hay nada lineal, no existe el camino más corto, escribir es buscar rodeos para llegar a donde queres llegar. Soñando que al final del camino será posible un nuevo mundo. “Lo importante no es lo que nos pasa sino lo que hacemos con lo que nos pasa” . Un día desperté en este mundo de mentira, en este horror hermoso y de plástico, desperté para ver que nos habían robado la identidad. A la fuerza tuve que aprender a ser creativa, a buscar nuevas soluciones a nuevos problemas. Tuve que aprender a ser escritora para poder escribir una nueva historia, y para eso hay que ser muy creativo. Porque ahí está el secreto no? Agarrar lo que nos pasó y hacer algo nuevo con eso, agarrar el mundo que nos tocó en suerte y escribir otro, un nuevo mundo. Para poder crear un nuevo mundo primero tenes que decirle adiós al mundo en el que creías que vivías.

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