Un día, la vida me golpeó tan fuerte que me enseñó a resistir. Un día, me mintieron de tal forma que me dolió y entonces aprendí a ir siempre de frente con la verdad. Un día, me falló quien menos imaginaba y entendí que las palabras hay que cumplirlas y de los actos, hacerse cargo. Además, un día lastimé a alguien y fue ahí cuando aprendí a pedir perdón. Un día lo viví triste y cuando llegó la noche me di cuenta que es mucho más lindo sonreír que llorar. Otro día, perdí mi tiempo con cosas que no valían la pena y noté que la vida pasa demasiado rápido para perdérsela esperando algo que nunca va a pasar. Un día, descubrí que tiene sentido enamorarse y pelear por lo que uno siente. Después de muchos días entendí, que en la vida todos te van a lastimar, pero tienes que encontrar a las personas por las que vale la pena sufrir. Tienes que sonreír. Tienes que saber amar. Tienes que tener la grandeza para aceptar tus errores y la valentía para pedir perdón. Tienes que compartir. Tienes que cumplir. Tienes que olvidarte de los que te critican y unirte a los que te quieren y por sobre todo tienes que vivir cada momento como si fuera el último.

lunes, 5 de noviembre de 2012

No es tan fácil confiar. Cuando te fallan una & otra vez, por qué no te van a volver a fallar? Queremos confiar en los demás, siempre esperamos que nos digan la verdad. La decepción es una de las cosas que más nos lastiman, en quién podemos confiar? Nos preocupamos mucho por no fallarle a los demás, por no defraudar su confianza. No defraudar & que no nos defrauden los demás es eso lo único que importa? De chico no querés fallar a los grandes; menos querés que los grandes te fallen. Uno no quiere fallar a la gente que ama ni que ellos te fallen no? Uno no espera que sus seres más queridos le fallen, que un padre, un hermano, tu novia te falle. Cómo lo soportás? Pero el peor de los miedos no es que otros te fallen, el peor de los miedos es fallarse a si mismo.

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