Un día, la vida me golpeó tan fuerte que me enseñó a resistir. Un día, me mintieron de tal forma que me dolió y entonces aprendí a ir siempre de frente con la verdad. Un día, me falló quien menos imaginaba y entendí que las palabras hay que cumplirlas y de los actos, hacerse cargo. Además, un día lastimé a alguien y fue ahí cuando aprendí a pedir perdón. Un día lo viví triste y cuando llegó la noche me di cuenta que es mucho más lindo sonreír que llorar. Otro día, perdí mi tiempo con cosas que no valían la pena y noté que la vida pasa demasiado rápido para perdérsela esperando algo que nunca va a pasar. Un día, descubrí que tiene sentido enamorarse y pelear por lo que uno siente. Después de muchos días entendí, que en la vida todos te van a lastimar, pero tienes que encontrar a las personas por las que vale la pena sufrir. Tienes que sonreír. Tienes que saber amar. Tienes que tener la grandeza para aceptar tus errores y la valentía para pedir perdón. Tienes que compartir. Tienes que cumplir. Tienes que olvidarte de los que te critican y unirte a los que te quieren y por sobre todo tienes que vivir cada momento como si fuera el último.

miércoles, 23 de enero de 2013

Porque el amor es simple, solo se trata de estar próximos, de estar cerca, eso es el amor. Esa distancia es una espera insoportable, no hay tanto misterio, es simple, lastimar a alguien que te ama provoca una distancia insalvable. El amor es un contrato, y hay que estar ahí, no se puede faltar a la cita, porque un corazón se rompe con demasiada facilidad. Mi amor es un futuro próximo que nunca llega. Cuando siempre estuviste lejos, cuando tu lugar fue la distancia, la proximidad te descoloca, la proximidad te llena de ansiedades, la proximidad derriba tu gran muralla, la proximidad te libera. Será que solo se trata de derribar el muro, ese que nos separa del mundo, de los otros. Dejar de ser distantes y vivir el amor más próximamente.

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