Un día, la vida me golpeó tan fuerte que me enseñó a resistir. Un día, me mintieron de tal forma que me dolió y entonces aprendí a ir siempre de frente con la verdad. Un día, me falló quien menos imaginaba y entendí que las palabras hay que cumplirlas y de los actos, hacerse cargo. Además, un día lastimé a alguien y fue ahí cuando aprendí a pedir perdón. Un día lo viví triste y cuando llegó la noche me di cuenta que es mucho más lindo sonreír que llorar. Otro día, perdí mi tiempo con cosas que no valían la pena y noté que la vida pasa demasiado rápido para perdérsela esperando algo que nunca va a pasar. Un día, descubrí que tiene sentido enamorarse y pelear por lo que uno siente. Después de muchos días entendí, que en la vida todos te van a lastimar, pero tienes que encontrar a las personas por las que vale la pena sufrir. Tienes que sonreír. Tienes que saber amar. Tienes que tener la grandeza para aceptar tus errores y la valentía para pedir perdón. Tienes que compartir. Tienes que cumplir. Tienes que olvidarte de los que te critican y unirte a los que te quieren y por sobre todo tienes que vivir cada momento como si fuera el último.
sábado, 8 de junio de 2013
Las metáforas van más allá de los adjetivos, le dan un nuevo sentido a las palabras. Una metáfora es algo que se dice, mucho más que el sentido literal de las palabras. La metáfora tiene el poder de las imágenes, de eso que atraviesa la razón y llega directo al corazón.
El poder de la metáfora no es lo que quiere decir, sino lo que dice. Cuando queremos decir algo usamos palabras, pero cuando queremos demostrar algo usamos metáforas. Porque una metáfora no quiere decir, una metáfora dice. ‘Ojos de cielo’ quiere decir que sus ojos son celestes como el cielo. En una metáfora una palabra le transfiere su sentido a la otra, son imágenes que se transfieren para abrir una nueva dimensión.

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